Francisco “Morochito” deja este mundo siendo recordado todavía como el primer campeón olímpico venezolano, pero detrás de él también deja un legado muy grande, no sólo en la disciplina del boxeo, sino en todos los deportes venezolanos, en quienes han visto sus hazañas. los documentó y los transmitió a las generaciones futuras.
Lea también: Amor y cariño para “Morochito” Rodríguez
Ahora, la historia de “Morochito” comienza el 20 de septiembre de 1945, cuando nació en Cumaná, estado Sucre, como hijo de Olga Margarita Rodríguez de Brito y el segundo de 14 hermanos. Su apodo proviene de su hermana gemela Alida.
Su infancia fue dura, no recibió educación y desde pequeño tuvo que trabajar vendiendo pescado con su abuela. Aprendió a leer y escribir al llegar a la adolescencia, gracias al esfuerzo de su esposa, Sabina Blondell.
Los primeros pasos en el boxeo.
Comenzó a boxear a los 11 años. Luego de ganar fama en su Cumaná natal, viajó a Caracas, donde completó su formación deportiva y se incorporó a la Selección Nacional de Boxeo, teniendo su primera gran prueba en un torneo latinoamericano celebrado en Chile.
“Entré con alpargatas cuando llegué a Caracas”, dijo Rodríguez, en declaraciones que fueron recogidas por el portal haimaneltroudi.com.
Camino al oro
Su camino hacia el Oro Olímpico comenzó mucho antes de la cita de México en 1968, pues un año antes había ganado los Juegos Panamericanos celebrados en Winnipeg (Canadá). Fue el único deportista criollo que aportó la máxima medalla en esos Juegos.
Y un año después llega la consagración. En su primera pelea en el peso minimosca derrotó fácilmente al cubano Rafael Carbonell (5-0), luego hizo lo mismo ante el indio Khata Karunarathe; quien mandó por KO técnico. Posteriormente, en el partido de semifinales, derrotó al estadounidense Harlan Mabley (por marcador de 4-1), al que derrotó precisamente en suelo canadiense para quedarse con el oro panamericano.
Sin embargo, para su pelea final contra el surcoreano Yong-Ju Jee dijo que “¡estaba nervioso ese día! Estaba en otro país. México había sido muy bueno para nosotros”.
Desde el inicio de la pelea el 26 de octubre de 1968, “Morochito” siguió adelante, no paró hasta conquistar la medalla por marcador de 3-2. “Rápido y fuerte con ambas manos. Valiente como un león”, comentó en su momento el narrador mexicano de los Juegos. Un venezolano había hecho historia al colocar la bandera tricolor en lo alto del ring olímpico de boxeo y cantar el “Gloria al Pueblo Valiente” en suelo mexicano.
“Todo fue perfecto, desde la villa olímpica hasta las comidas, a pesar de que tenía mi propia dieta personal. El joven Ju-Jee era un oponente muy difícil. Durante esos partidos gané cinco peleas. Los Juegos Olímpicos son una experiencia única para un atleta. En este evento compites contra los mejores atletas de todos los deportes y si quieres llevarte la medalla a casa tienes que vencerlos a todos. Ganar la medalla de oro fue lo mejor”.
Recepción en Venezuela
Dos días después del triunfo en la Arena de México, “Morochito” Rodríguez regresó a Caracas. Las crónicas de aquella época dicen que casi 10.000 aficionados esperaban la llegada del Cuman en el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía.
“Aún recuerdo el recibimiento en el aeropuerto. El piloto hizo varios giros antes de aterrizar, todo por culpa del público que había invadido la pista”, dijo Rodríguez, en declaraciones recogidas por Simone Fioravanti para La Voz de Italia.
Acuse de recibo más tarde
No estuvo exento de logros después de México 1968, ya que en Cali (Colombia) repitió el oro panamericano en la cita de 1971. Además, participó en competencias mundiales, ganando por nocaut.
Según José Duque, presidente de la Asociación de Boxeo del Estado Sucre, dejó de pelear en 1977. Su última pelea fue en un campeonato nacional representando al Distrito Capital. Luego de su retiro del ring, se dedicó a entrenar jóvenes principiantes en El Paraíso, Caracas, donde formó el Club de Boxeo “Morochito” Rodríguez.
Fue condecorado con la orden Francisco de Miranda en su tercera clase, mientras que en 2018, en reconocimiento al 50 aniversario de su medalla, recibió la orden Julio César León en su única clase como homenaje de la Federación Olímpica Venezolana. Asimismo, es miembro del Salón de la Fama del Deporte Nacional desde 1988.
La del ‘Morochito’ fue una carrera muy exitosa, siempre recordó con celo su mayor emprendimiento; el de los Juegos Olímpicos, y que hoy más que nunca sirve de inspiración a los jóvenes deportistas venezolanos que aspiran a emprender ese camino, el camino al oro.