A partir de este lunes deberán llegar a los cojos llanos de Miraflores más de 4.000 exámenes con las respuestas a dos preguntas de aquel cuestionario que el presidente Nicolás Maduro lanzó a los cadetes de las 12 academias que participan en los ejercicios militares que se encuentran en El Pao.
“Les dejo esta tarea…”, dijo Maduro, de pie frente a la multitud de cadetes de las academias militares, que se entrenaban en una gran explanada del llano de Cojedes. Y como no pudieron escribir las dos preguntas del examen corto que les dio el Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, se dirigió al fondo del escenario para encomendar a los rectores de la academia que les copiaran. Y sobre todo al Mayor General Félix Osorio, rector de la Universidad Bolivariana de Venezuela.
“Estamos forjando la nueva generación de soldados venezolanos”, afirmó el Jefe de Estado vestido como un militar más.
Pero el presidente aclaró a los cadetes que las dos preguntas que les dejaría responder en la prueba corta, minutos antes, habían sido formuladas al Alto Mando Militar que lo acompañó a visitar el campo de entrenamiento “José Laurencio Silva”, entre ellos. Vladimir Padrino López (Ministro de Defensa), Domingo Hernández Lárez (Comandante Estratégico Operacional), Elio Estrada Paredes (Comandante de la Guardia Nacional Bolivariana).
Y luego dictó la primera pregunta a los cadetes. “¿Cómo se construyó el ejército?” En calidad de instructor, el Jefe de Estado hizo una breve introducción al motivo de la pregunta. “De dónde sacaron los caballos, las mulas, de dónde sacaron la logística, las armas”, dijo Maduro, precisando los detalles a responder en esa primera pregunta del examen.
Para aclarar esta cuestión, Maduro tomó el micrófono y se acercó a la masa de cadetes que se encontraba frente a él. “¿Cómo fue posible construir los ejércitos más letales que tuvo Sudamérica en tan poco tiempo?” Y para poner un ejemplo de ello, Maduro recordó “cómo fue el triunfo de Margarita, con piedra, con machetes, con palos… para ser el primer territorio insular libre…”. Precisamente el presidente hacía alusión a la batalla de Juan Griego (8 de agosto de 1817), cuando el mariscal español Pablo Morillo invadió la isla de Margarita. Y aunque Morillo ganó esta batalla, no dejó de reconocer las proezas del ejército patriótico, “que presentó el ataque al Fuerte (Fortín de La Galera) con el aspecto más aterrador”, según sus recuerdos. El militar español dedicó varios párrafos a describir aquella batalla que llevó Maduro a la memoria de los cadetes a quienes explicó los detalles de la primera pregunta del examen. Morillo se refirió a ese ejército patriótico como “hombres feroces y crueles… famosos y renombrados, el terror de las costas de Venezuela… que arrojaron grandes piedras en tan sangrienta y decidida acción”.
En resumen, Maduro planteó la primera pregunta del examen así: “¿cómo debemos resolver (en caso de agresión antiimperialista, en caso de conflagración) toda la logística para ganar las batallas?” Una pregunta abierta. “La logística en el terreno, un concepto que aprendí de Chávez en 1995”, dijo Maduro, quien instó a los cadetes a enfrentar al enemigo “y romperse los dientes… para hacer a Venezuela invulnerable”.
“Hay que honrar ese uniforme, esas armas, que son el uniforme y las armas de Venezuela, del pueblo, porque ustedes son el pueblo”, dijo Maduro mirando hacia los cadetes, recordando que no provienen de lo que él llama. Apellidos. Al contrario, les dijo que “son los cadetes de la gente corriente”.
Segunda pregunta
La segunda pregunta también llegó en un contexto que Maduro condensó en la palabra “antiimperialista”.
“¿Por qué Venezuela tiene un carácter original, antiimperialista y anticolonial en sus fuerzas militares?”, fue la segunda pregunta que Maduro dejó como tarea a los cadetes, a lo que explicó que “hay otras fuerzas militares que tienen un carácter imperialista como los Estados Unidos y el Reino Unido.
El Presidente quiere leer las respuestas a las dos preguntas. Y espera que lleguen este lunes.
Al finalizar su conversación, se escuchó una voz femenina gritando “boooommmbaaaaa”, señal para romper filas y reunirse alrededor del Jefe de Estado con los coros propios de un ejercicio militar. Como si estuvieran haciendo jogging por la mañana por Los Próceres, por ejemplo. “Somos herederos de la gloria de Bolívar / es la unión cívico-militar…”.
Los cánticos amainaron y Maduro caminó hacia el vehículo Tiuna que condujo por el Centro de Entrenamiento y Combate “José Laurencio Silva”. Pero antes de tomar el volante se tomó varias fotografías con los integrantes que lo convocaron al campamento junto a su esposa Cilia Flores. “Aquí está el presidente de la milicia”, gritó un miliciano. “Vengan para acá”, respondió Maduro, quien ya había visitado varias estaciones para asistir a las maniobras en las faldas del cerro Tiramuto, que en lengua indígena significa “fortaleza” y donde los cadetes protagonizaron una batalla contra grupos que intentan robar secretos militares. . La puesta incluyó un monólogo de Ezequiel Zamora, asesinado en San Carlos (Cojedes) el 10 de enero de 1860.
Tomando el camino rural con sus campos polvorientos, palmeras, apamate y caro, se dirigió hacia San Carlo donde lo esperaban los simpatizantes reunidos en la Redoma del Mango. Le tomaron fotografías, le entregaron cartas y corearon la consigna “Andemu Nico”, con Iris Varela y Sandra Oblitas (vínculo del PSUV y madrina de Cojedes) como sus principales agitadoras. Pasó nuevamente por Tinacu, donde a las 4 de la tarde se bajó del auto y se subió al capó para saludar a la multitud que lo esperaba en la plaza José Laurencio Silva. Ya por la noche, cuando Maduro regresó a esa ciudad, todavía había sus partidarios resguardados en el samán al borde de la carretera principal esperando a ver si el presidente los saludaba nuevamente. Extendió la mano y agitó el puño, haciendo gritar a la gente de la llanura.