Yangel Herrera ha dado señales de algo que les cuesta la vida a los futbolistas, y algo más. En su trayectoria sobre los campos practicó una virtud que en el fútbol, un trabajo breve como el agua entre los dedos, suele ser una rareza. Anunciado como un valor para el Manchester City cuando tenía veinte años, visto en España como uno de los centrocampistas más valiosos de la Liga, supo esperar su oportunidad.
Practicó y sintió respeto por la paciencia, y la paciencia, por supuesto, valió la pena por la espera. Dicen en Brasil que “el que espera no consigue nada”, pero el jugador venezolano, con su actitud, con su comportamiento, contradice ese pensamiento quizás pesimista. Tuvo una calma admirable en su carrera, progresó poco a poco a pesar de algunas lesiones por descuido, pero no se detuvo. Continúa paso a paso, lento pero seguro, y aquí está, frente a las puertas de su gran oportunidad…
El Manchester City estaba esperando por él, por su forja como un jugador importante que merece un lugar en el equipo campeón inglés. No ha sido posible, por ahora, claro, porque de los patios azules han surgido muchachos capaces y ambiciosos, y aunque no estén al nivel del fútbol criollo, su juventud y su instinto les dan un apoyo considerable.
Yangel tuvo la santa paciencia, y si no el Manchester, será la Champions la que conocerá su juego y su capacidad. Y qué es la vida y qué es el fútbol. Cuando el Girona, el equipo que Herrera llevó hábilmente al gran torneo europeo, salte a las canchas de ese continente, es posible que el joven guairano se encuentre con quienes, deslumbrados por los chicos del campo de jugadores, lo hicieron. No lo tengas en cuenta, tal vez lo olvidaron. El Girona, un modesto equipo catalán al que le faltan grandes figuras, causó sensación, y en ello tuvo mucho que ver el futbolista tranquilo y eficaz en el centro del campo, y juega…
Yangel Herrera, a sus 26 años, ha vivido lo suficiente como para entender hacia dónde van las cosas. Sabe cuál es su territorio, hacia dónde va con el Girona, y sabe, como no sabía, que una actuación importante en la Champions podría catapultarle por caminos inesperados. No estaría mal que, en una de esas noches en las que los jugadores parecen deslumbrados por la luna, Herrera golpea, “rompe la pelota”, como dicen los jugadores, y despierta el interés de la “jet set” del fútbol. clubes europeos. ¿Por qué no?
Te veo allí.