El gobierno ruso ha descrito la decisión de Estados Unidos de utilizar sus fondos congelados para ayudar a Ucrania como una forma de elevar el “robo” al nivel de política gubernamental. La reacción llegó desde la Embajada de Rusia en Washington, luego de que este miércoles se conociera la noticia.
El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció lo que llamó una “decisión histórica de aprovechar los activos soberanos rusos para apoyar a Ucrania”. Estados Unidos proporcionará a Kiev un préstamo de 20 mil millones de dólares como parte de un paquete más amplio del G7 de 50 mil millones de dólares, dijo en un comunicado de prensa.
La víspera, la Unión Europea y el Reino Unido anunciaron que concederán sus préstamos a Ucrania, que también se deducirán de los intereses de los fondos rusos depositados en esos países.
La Embajada de Rusia en Estados Unidos destacó el uso de la palabra “histórico” en el comunicado de prensa de la Casa Blanca, al comentar la declaración del jueves.
“Incluso para el ciudadano medio está claro que lo realmente “significativo” en este caso es el robo elevado aquí al rango de política de Estado”, dice el comunicado oficial.
Añade que “los acuerdos neocoloniales de un pequeño grupo de países liderados por Estados Unidos han provocado desde hace tiempo y con razón un fuerte rechazo por parte de la mayoría del mundo”.
Una arquitectura financiera diferente
La reciente cumbre de los BRICS dejó clara la necesidad de reformar el sistema financiero global, la dependencia del dólar y el objetivo de asumir una moneda que sea capaz de evadir las medidas de chantaje aplicadas por Estados Unidos y sus socios, para asfixiar la ‘economía de otros. países
“Los resultados de la cumbre de los BRICS en Kazán, que confirmaron la necesidad de esfuerzos multilaterales para construir una arquitectura financiera verdaderamente independiente y protegida de acciones ilegales tan flagrantes, son la prueba más clara del rechazo a las sanciones”, afirmó la embajada rusa en Washington.
Los líderes de los países BRICS criticaron las sanciones ilegales y sus efectos nocivos sobre la economía y el comercio mundial, como uno de los puntos de la amplia Declaración Conjunta de Kazán. Pidieron la eliminación de estas “medidas coercitivas unilaterales ilegales” porque son “incompatibles con las reglas” de la Organización Mundial del Comercio, socavan la Carta de las Naciones Unidas y desestabilizan el sistema comercial multilateral.
Los países occidentales sancionaron alrededor de 300 mil millones de dólares en activos soberanos rusos poco después de que se intensificara el conflicto en Ucrania, bloqueando activos en instituciones financieras occidentales.