Aquel era un sueño latinoamericano tan extraordinario en las Grandes Ligas que se esperaba que se convirtiera en un clásico anual en el otoño, para sellar la temporada, después de la Serie Mundial, cada día de Columbus, el 12 de octubre.
Pero fue uno de los fracasos más espectaculares de la historia. Tanto es así que sólo se jugó el primero, el 12 de octubre de 1963. Por cierto, éste fue el último partido en el Polo Grounds de Manhattan, que había sido inaugurado, cien años antes, en 1863, para jugar al Polo y Fútbol americano.
Posteriormente fue casa de los Gigantes de Nueva York, 1883-1957, hasta su traslado a San Francisco en 1958; también de los Yankees, 1913-1922, y de los Mets en sus dos primeros años, 1962 y 1963. En 1964 fue demolido, para construir edificios residenciales en ese terreno, a orillas del río Harlem.
Hubo un par de equipos anunciados con solo jugadores de América Latina, la Liga Nacional y la Liga Americana. Pero no era verdad.
No eran todos nuestros, por una razón: no había suficientes latinoamericanos en los 20 equipos de ese momento. Incluso en la Liga Nacional, nadie de habla hispana fue receptor esa temporada. Y en la Liga Americana, sólo el cubano José Azcúe, con los Indios.
Para solucionar la ausencia de receptores en la Liga Nacional, presentaron a Joe Pignatano, hijo de italianos, nacido en Brooklyn, que había jugado con los Mets en 1962; y en el 63, estaba en las menores. También a Cuno Barragán, hijo de mexicanos, nacido en Sacramento, California. Y Elmo Plaskett, de las Islas Vírgenes.
Pero este año, 2024, jugaron con los 30 equipos 233 nacidos en América Latina. En 1963 no pudieron reunir los equipos como querían. Estos fueron los nuestros que aparecieron en esos dos rosters:
Cubanos, José Azcúe, Ed Bauta, Leonardo Cárdenas, Julio Bécquer, Mike de la Hoz, Humberto (Chico) Fernández, Tony González, Román Mejías, Orestes (Minnie) Miñoso, Aurelio Monteagudo, Tony Oliva, Pedro Ramos, Octavio (Cookie) Rojas, Diego Seguí, Tony Taylor, Zoilo (Zorro) Versalles.
Puertorriqueño, Roberto Clemente, Félix Mantilla, Víctor Pellot Power, Félix Torres, Orlando Cepeda.
Dominicos, Juan Marichal, Julián Javier, Felipe Alou, Manny Mota.
De México, Rubén Amaro; de Panamá, Héctor López; de Venezuela, Luis Aparicio, Víctor Davalillo. Seis fueron elevados al HOF, Clemente, Marichal, Aparicio, Oliva, Miñoso, Cepeda.
Victoria de la Liga Nacional y fracaso del dólar. La Liga Nacional, que era el club local, ganó el partido histórico, 5-2.
Ese octubre había trabajado mi tercera Serie Mundial consecutiva, que había finalizado el domingo anterior, 6 de octubre. Y me invitaron a este juego latinoamericano.
Luego de la última salida, ya en la casa club, Marichal me dijo:
“Fue histórico. Todos los jugadores, de ambos equipos, estábamos emocionados. No nos favoreció económicamente, pero lo pasamos bien. Fue un encuentro agradable con nuestra gente”.
Los boletos para la tarde se venden entre $1,75 y $3,50. La capacidad del estadio era de 55 mil personas y menos de 10 mil entradas, dejando en taquilla unos 20 mil dólares. Cada jugador recibió $175.
La pachanga triunfó en Nueva York antes de escuchar “Play Ball”. Antes del tema de “Play Ball”, presentaron en la cancha a la orquesta Tito Puentes y Tito Rodríguez a todo volumen, cantando La Lupe.
Y los detalles del partido fueron narrados por Buck Canel, a través de QUIÉN, emisora de radio que transmite en español.