El presidente de la Reserva Federal (Fed), Jerome Powell, expresó su incertidumbre respecto a si el regulador estadounidense ha aumentado los tipos de interés lo suficiente para reducir la inflación al objetivo del 2%.
«El Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) está comprometido a lograr una postura de política monetaria que sea lo bastante restrictiva para reducir la inflación al 2% con el tiempo, y no estamos seguros de haber alcanzado esa posición», comentó Powell en una mesa redonda sobre políticas fiscales organizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Powell subrayó que la Reserva Federal está dispuesta a fortalecer aún más la política, habiendo realizado once aumentos hasta el momento y manteniendo las tasas en un rango de 5,25% y 5,5%, su nivel más alto desde 2001. También indicó que la Fed mantendrá este nivel hasta que el trabajo esté terminado.
En relación a posibles nuevas subidas, Powell señaló que la Fed seguirá «actuando con precaución», sin dejarse «engañar por unos buenos meses de datos económicos» ni sobreactuando. Explicó que toman decisiones reunión por reunión basándose en la totalidad de los datos entrantes y sus implicaciones para las perspectivas de la actividad económica, la inflación y el balance de riesgos.
La semana pasada, la Reserva Federal ha decidido pausar las subidas de tipos de interés, la segunda tregua consecutiva tras las once subidas realizadas desde marzo del año pasado, aunque no descarta volver a subir si la situación lo requiere. Podría ser que la Fed decida aumentar las tasas en la reunión programada para los días 12 y 13 de diciembre.
Desde marzo de 2022 hasta junio de este año, el Comité Federal de Mercado Abierto de la Fed – el organismo encargado de la política monetaria – decidió subir las tasas de interés. Tras el parón de junio, volvieron a aumentar en julio y en septiembre, y octubre las tarifas se mantuvieron sin cambios.
La inflación ya está muy por debajo del pico que alcanzó en junio de 2022, cuando se situó en el 9,1%, pero sigue en niveles que no son deseables. La tasa de septiembre fue del 3,7%. Sin embargo, la tasa anual de inflación subyacente, que mide el aumento de los precios sin contar la energía ni los alimentos, cayó dos décimas en septiembre y confirmó su tendencia a la baja.
El contexto no es de enfriamiento económico, como se espera cuando los tipos están altos, ya que Estados Unidos registró un repunte inesperado de su producto interior bruto en el tercer trimestre, que creció un 1,2%, con una tasa anual del 4,9%, según datos publicados la semana pasada por la Oficina de Estadísticas Económicas (BEA).
En cuanto al mercado laboral, otro de los datos clave que analiza la Fed para decidir sobre posibles subidas, la creación de empleo se desaceleró considerablemente hasta los 150.000 nuevos empleos, 147.000 menos que los generados un mes antes, y la tasa de paro subió una décima hasta el 3,9%.
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