El Ayuntamiento de Barcelona ha exigido respeto a las personas que se presentaron rociando con pistolas de agua a los visitantes de la ciudad balneario, en medio de multitudinarias protestas contra el turismo de masas en varias ciudades españolas.
Jordi Valls, alcalde de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo de Barcelona, afirmó a los medios que “la protesta contra el turismo de masas debe ser compatible con el respeto a las personas que visitan Barcelona “.
Ha añadido que, ante el debate sobre el turismo de masas, Barcelona está impulsando medidas pioneras para gestionarlo y ha recordado que los visitantes representan “un sector económico importante de la ciudad”.
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, anunció el 21 de junio que el ayuntamiento dejará de conceder licencias de uso turístico a viviendas residenciales y no renovará las existentes en noviembre de 2028, por lo que, en cinco años, los 10.101 actuales de este tipo perderán esta condición, informa la agencia EFE.
Unas 2.800 personas se manifestaron en la costa de la ciudad, una de las más visitadas de España, para exigir límites al turismo y quejarse de que la masificación perjudica a los residentes habituales, ya que aumenta los precios de la vivienda.
Este tipo de protestas se dan en las principales ciudades turísticas españolas de la costa, como también ocurrió recientemente en Málaga y Cádiz, en la región de Andalucía.
Muchas de las casas que antes los propietarios privados alquilaban a residentes ahora se ofrecen en el mercado de alojamiento turístico, ya que ofrecen un mayor rendimiento.
Esto genera quejas de los vecinos sobre las consecuencias negativas de la aglomeración turística en los barrios céntricos, como ruidos y problemas de convivencia. Además, ha aumentado el precio de las casas de alquiler y de propiedad, dificultando el acceso a las personas con ingresos bajos y medios.