Una contracción del consumo se tradujo en menores ventas del sector comercial y, a su vez, en una menor producción de la industria, según explica el OVF, dando paso a un círculo vicioso conocido como recesión por demanda insuficiente.
El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) estimó una caída de la actividad económica del 1,2% durante 2023, confirmando la tendencia negativa que se mantuvo a lo largo del año.
El OVF ya tenía los datos de los tres primeros trimestres del año y el 2 de febrero publicaron la evolución de los tres últimos meses. Entre octubre y diciembre la actividad económica creció un 1% respecto al mismo periodo de 2022.
Pese al crecimiento del 1% en el último trimestre (2023-4) y del 2,4% en el trimestre anterior (2023-3), el saldo total del año fue negativo debido a la pronunciada contracción que sufrió la economía en la primera mitad del año.
Un comunicado de prensa del OVF explica que este comportamiento negativo se debe a “una caída del gasto real de los consumidores”. Es decir, a lo largo del año los venezolanos compraron menos bienes y servicios debido a su bajo poder adquisitivo. Esto ha provocado, para el Gobierno, una disminución en la recaudación del impuesto al valor agregado (IVA) y, en consecuencia, una disminución en la ejecución del gasto público.
Con el chavismo controlando el gasto público, era de esperar que no hicieran ajustes importantes en términos de salarios mínimos y otras remuneraciones para los trabajadores de la administración pública, lo que refuerza el problema de los bajos salarios y el poder de compra insuficiente.
Estos factores han provocado una reducción de las ventas de las empresas y, sin ventas suficientes, no hay incentivos para aumentar la producción. Con una disminución de la producción y el comercio, circuló menos dinero en la economía venezolana.
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Este compendio de situaciones define una recesión por demanda insuficiente, un círculo vicioso en el que un menor consumo da paso a menores ventas, esto lleva a una menor producción y esto genera aún menos consumo, empeorando cada vez más las condiciones.
El OVF señala que, como se esperaba, la actividad petrolera mejoró significativamente en 2023. Sin embargo, al representar sólo el 12% del Producto Interior Bruto (PIB), no tuvo un impacto suficiente para compensar la caída de la economía no europea. , que representa el 88% restante.
“De esta manera, la disminución de la actividad económica no petrolera (-10%) no pudo compensar el crecimiento promedio del 12,4% de la actividad petrolera. La actividad no petrolera representa el 88% del PIB por actividades y su dinámica tiene un efecto dominante sobre el desempeño de la economía”, razonaron.
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