Historia del drama en la prisión estatal de Wyoming durante los años 1911-1915.
Los 700 millones de dólares que Shohei Ohtani gana ahora por 10 temporadas palidecen en comparación con lo que recibieron los integrantes de “The Death Row All Stars” hace más de un siglo.
Este equipo estaba formado por presos condenados a muerte que jugaron al béisbol para posponer su ejecución.
Uno de estos prisioneros, Roberto (Bobby) Guzmán, decidió quitarse la vida ahorcándose en su celda luego de ser excluido del equipo y saber que sería ejecutado la semana siguiente.
Otro destacado jugador prisionero, Joseph Seng, logró sobrevivir en la prisión gracias a su talento en el béisbol. Fue el prisionero número 1612, condenado por asesinato.
El director de la prisión, Felix Alston, apasionado por el béisbol, decidió permitir que los presos jugaran al béisbol para hacer más llevadera su estadía en la cárcel y posponer las ejecuciones si su desempeño en el juego era bueno.
El equipo, conocido como “The Death Row All Stars”, se convirtió en una sensación en Rawlins, donde la población se volcó a los partidos en la prisión para ver a estos jugadores en acción.
Joseph Seng destacaba en el equipo por su habilidad en el bateo y la defensa, siendo considerado uno de los mejores jugadores en la historia del béisbol debido a su destreza en el campo.
A pesar de su éxito en el equipo, Seng finalmente fue ejecutado en mayo de 1912, lo que marcó el fin de la historia de estos peculiares jugadores de béisbol prisioneros.
El legado de “The Death Row All Stars” es recordado como una historia única en la historia del béisbol, donde los presos condenados a muerte encontraron en el deporte una forma de escapar por un momento de su destino trágico.