La industria privada venezolana operó a un promedio del 35,8% de su capacidad instalada en el tercer trimestre del año, lo que representa un aumento de 4,1 puntos en comparación con el trimestre anterior, pero aún está por debajo del nivel alcanzado entre julio y septiembre de 2022, del 38,5%, según informó este jueves la Confederación de Industriales Venezolanos (Co-industria).
“Hemos recuperado el uso de la capacidad instalada, aunque todavía es muy baja”, dijo el presidente de Conindustria, Luigi Pisella, en una conferencia de prensa, recordando que el sector operó al 31,7% en el segundo trimestre de este año y al 31,2% entre enero y marzo.
En términos de sectores, Pisella señaló que las industrias de equipos eléctricos, informática y óptica fueron las que registraron la mayor operación, utilizando el 45,4% de su capacidad instalada en el tercer trimestre, seguido de textil y calzado con el 41,1%, productos farmacéuticos con el 38,4% y alimentos con el 33,3%.
Además, comparó el nivel de la industria venezolana con sus pares de algunos países de la región, indicando que Colombia opera al 77% de su capacidad y Brasil al 79%.
Pisella señaló que los factores que afectan la actividad industrial en Venezuela incluyen la baja demanda, la competencia de productos importados, la falta de financiación, impuestos “excesivos”, el entorno macroeconómico (inflación y devaluación) y el comercio ilícito.
También denunció la escasez en la prestación de servicios eléctricos, controlados por el Estado, lo que ha provocado la pérdida de materias primas. Además, indicó que el 78,9% de las empresas tienen instaladas plantas eléctricas que funcionan con combustible y un 9% utiliza electricidad.
Por otro lado, Pisella informó que hubo una caída del 0,1% en la producción durante el tercer trimestre en comparación con el mismo período de 2022, y una disminución del 6,7% entre enero y septiembre respecto al año pasado.
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