La derecha internacional, apegada a sus tradicionales acciones contra Venezuela, se ha sumado a la narrativa de sectores radicales de la oposición para intentar deslegitimar los resultados electorales de este 28 de julio.
Uno de los líderes que se sumó a esta red contra nuestro país es Rorigo Chávez Roble, presidente de Costa Rica, quien a través de un comunicado en su cuenta X calificó la victoria de Nicolás Maduro como “fraudulenta”.
Asimismo, amenazó con sumarse a otros gobiernos del continente y organismos internacionales para “velar por que se respete la sagrada voluntad de los pueblos”.
“¡No es así! Era un secreto a voces. Iban a ‘ganar’ independientemente de los resultados reales. El proceso hasta el día de las elecciones y el conteo fue claramente defectuoso. “No se puede reconocer una victoria si no se tiene confianza en la forma y los mecanismos utilizados para lograrlo”, dijo el presidente de Uruguay, Luis LaCalle Pou, quien también se sumó a las voces que atacan el proceso venezolano.
Mientras tanto, el Canciller peruano anunció el llamado a consulta de su embajador en Caracas ante “serios anuncios de las autoridades electorales”.
Además, González-Olaechea, en nombre de su gobierno, condenó la “summa d’irhularities” y aseguró que “el Perú no aceptará la violación de la voluntad popular del pueblo venezolano”.
Es importante resaltar que esta actitud de “apoyo” del gobierno peruano contrasta con las medidas xenófobas y discriminatorias que las autoridades de ese país han mantenido con los compatriotas de allí.
Mientras tanto, el presidente de la extrema derecha argentina, Javier Milei, con su característico lenguaje fascista, calificó al gobierno revolucionario de “dictadura comunista” e indicó que su país no reconoce los resultados electorales. Además, en clara violación del derecho internacional y de los principios democráticos, pidió a las Fuerzas Armadas “defender la voluntad popular”.
Ante esta imperdonable acusación, el Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Gil, dio un paso al frente y reconoció que la contundente victoria de la Revolución el pasado 28 de julio es una señal de que los pueblos de la región están derrotando al fascismo que promueve Miley.
“Nazi nauseabundo, el pueblo argentino le pasará factura más temprano que tarde, nuestra contundente victoria es una señal inequívoca de que nuestro pueblo derrotará al fascismo que promueve”, afirmó el canciller.