Venezuela Visión / Yonaski Moreno
Sabroso como el pabellón criollo. Esto es lo que se vivió el viernes 10 de mayo en el Estadio Monumental Simón Bolívar de Caracas. Ese colorido mosaico lleno de ingredientes que representan la diversidad de nuestro pueblo se pudo ver en cada baile, cada disfraz, cada grito de alegría, cada canto y aplauso. Cada componente brilló por sí solo, sin embargo, cuando se los colocó en una compañía histórica, el resultado fue indescriptible. ¡Sí, como un pabellón!
Si bien la inauguración del Festival Mundial Viva Venezuela inició formalmente alrededor de las 6 de la tarde, cultores, artistas y portadores del patrimonio se dispersaron mucho antes, en una fiesta continua, llena de energía y emociones innumerables.
En la gira realizada por Venezuela Visión Revista La música no se detuvo ni un solo segundo. Tambores, cuatros y maracas fueron los grandes protagonistas, pero también sonaron trompetas y otros metales, con la participación de numerosas bandas marciales. La experiencia comienza en el aparcamiento del Poliedro de Caracas, zona a la que han llegado cientos de autobuses en los que se han movilizado los representantes culturales de todos los estados del país. Apenas bajaron de la unidad mostraron su alegría y realizaron distintas manifestaciones con raíces tradicionales venezolanas.
Con tambores, pañuelos y banderas realizaron varias rondas en las que algunas parejas esperaban dar rienda suelta al baile. Este instrumento de percusión también acompaña los cultos en torno a San Benito, San Juan y San Pedro.
En otra zona del gigantesco estacionamiento, un grupo de jóvenes pintó una pancarta. A unos pasos, niños y niñas uniformados con sus camisas blancas y overoles azules sostienen carteles con el logo de la Gran Misión Viva Venezuela, mi Amada Patria, y nombres creativos para sus brigadas, una de ellas bautizada “Brigada Otaku”. Una creatividad similar fue mostrada por los estudiantes de secundaria, identificados por los colores azul y beige de sus camisetas. Este último grupo realizó numerosos bailes aprovechando la música que amenizó la jornada.
Eran alrededor de las dos (2) de la tarde, varios grupos comenzaron a dirigirse al estadio. Lo hicieron en forma de comparsa, como en un carnaval. Banderas y pancartas estaban frente a cada grupo, con bailes y música en el medio. Había alguien que no tenía ningún instrumento musical, pero no se dejó intimidar, ¡cantaba, gritaba y coreaba consignas al pasar!
El sol y el calor no afectaron el espíritu. Durante todo el viaje al estadio, la gente cultural mantiene el espectáculo. Había trajes pomposos de madame, lochi y locainas con sus máscaras, un mono caicara y decenas de burros. Había liqui liquis, sombreros y cabellos elaborados. Hubo banderas venezolanas e instrumentos musicales pesados durante todo el recorrido, y sólo una emoción se podía leer en los rostros de la multitud: alegría.
Al llegar al Estadio Monumental Simón Bolívar de Caracas, los cultores se dirigieron a las gradas. En la zona del jardín se ha creado una feria artesanal en la que se exhiben muñecos de trapo, textiles urdi, esculturas en madera y diversas piezas de barro. En esta estación también había un hombre que hacía una vasija de barro con mucha habilidad y una enorme sonrisa.
El estadio está dividido en cuatro (4) áreas: Caricuao, 23 de Enero, El Valle y Petare. En cada uno de ellos sonaron los tambores y bailaron hasta cansarse. También se habilitaron varios escenarios donde grupos y cantantes interpretaron piezas del repertorio tradicional venezolano.
Siendo las 4 de la tarde, gran parte de las butacas del recinto deportivo se encontraban ocupadas, a pesar de que muchas personas disfrutaron de la diversidad gastronómica que ofrecen los establecimientos dispuestos en el Estadio. En ese momento, una mirada desde el cuarto piso también mostró que seguía llegando gente, lo que hacía presagiar un lleno total.
Apenas un par de horas antes del inicio del concierto central, las gradas estaban “encendidas” en muchos lugares. Risas, conversaciones, canciones y tambores se escuchaban aquí y allá, mientras en el escenario, ubicado sobre el diamante, se empezaban a ver los primeros movimientos.
La seguridad de los presentes estuvo garantizada por Protección Civil, Bomberos de Caracas y el Cuerpo de Policía Nacional Bolivariana (CPNB), que se desplegaron en distintos puntos del Estadio y sus alrededores.