La lenta respuesta de las autoridades para hacer frente a la devastación causada por el Huracán Otis, que dejó al menos 27 muertos, planteó la desesperación de muchos sobrevivientes que intentaron salir de la ciudad turística mexicana de Acapulco, donde reina el caos por la falta de alimentos y agua, y las fallas que persisten en los servicios.
Personas caminando entre los almacenes destruidos, decenas de turistas que estaban en las calles con sus maletas sin saber adónde ir ni qué comer, fueron escenas que se repitieron en cada rincón de la ciudad costera, que en el pasado fue conocida por su glamour y donde ahora la mayoría de sus habitantes aprenden a vivir entre el caos.
– Venezuela Visión –
A pesar de los esfuerzos de los trabajadores por restaurar la electricidad, medio millón de familias en Acapulco continuaron sin servicio el viernes, mientras miles de militares intentaban avanzar en las labores de retirada de escombros y barro de las calles de la zona turística, convertida ahora en un cementerio de hoteles y comercios destruidos.
En medio del desolador panorama, decenas de turistas, cansados de esperar a que el autobús saliera de la ciudad, comenzaron el jueves por la tarde a caminar varios kilómetros con sus hijos y maletas por las estrechas aceras de un túnel para salir de todas formas del caos. Sea lo que sea, ha transformado Acapulco.