La decisión del juez se registra tras la victoria de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, que implementó una política férrea contra los inmigrantes ilegales.
El jueves 7 de noviembre, el juez de distrito estadounidense J. Campbell Barker anuló la política de “palabras en el lugar” de la administración de Joe Biden, que otorgaba estatus legal a los inmigrantes ilegales que se habían casado con ciudadanos estadounidenses.
De esta manera, el juez Barker continuó con la suspensión administrativa que se había producido a principios de 2024 cuando Biden era candidato a la reelección. La política, recordó CNN, protegía a algunos cónyuges indocumentados de ciudadanos estadounidenses de la deportación y les permitía trabajar legalmente en el país mientras buscaban la ciudadanía.
En la decisión, señaló que el Congreso no dio al Ejecutivo facultades para resolver el asunto y, por lo tanto, consideró que “la historia y el propósito confirman que la visión de los demandados” de la ley migratoria pertinente “extiende la interpretación jurídica más allá de su ruptura”. período.”
Además, rechazó el pedido de muchos de los beneficiarios de intervenir a favor del programa y defenderlo.
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Este “Words in place” beneficiaría a personas sin documentos legales para residir en Estados Unidos que hayan vivido aquí durante al menos 10 años, así como a hijastros indocumentados de ciudadanos estadounidenses.
Esta decisión se produce tras la victoria del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, quien declaró que su prioridad será el control de las fronteras para hacerlas “seguras y protegidas”.
En su primer mandato, se centró en construir un muro fronterizo para evitar el cruce ilegal de personas, así como en hacer acuerdos con México para alentar a los migrantes a permanecer en el país de habla hispana mientras se procesa su solicitud de asilo. Ahora, en su campaña, indicó que no estaba en contra de la migración, pero quería que se hiciera a través de mecanismos legales.
También tuvo un fuerte discurso contra la migración venezolana, asegurando que muchos “criminales” y “locos” vinieron a Estados Unidos, haciendo de Venezuela un “país seguro”.
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