Caer en Asunción contra Paraguay estaba en el programa. Habría sido demasiado pretender llegar a la capital del Chacho y regresar al vestuario sonriendo, porque una victoria y tres puntos bastaban para festejar con los abrazos de sus compañeros.
La Vinotinto, al igual que ante Brasil en el último partido, terminó ganando la primera parte, pero como entonces, cayó hasta la debacle de la segunda vuelta del partido. Ha habido errores defensivos, pero ¿no son goles, quién juega, muchas veces derivados de un mal despeje, de una falta de marcación, de no alcanzar a tiempo el avance contrario?
Los goles rara vez son el resultado de un buen juego. Muy rara vez los defensores son exactos, perfectos e implacables.
Sucedió el martes en Venezuela: los defensores centrales no llegaron al juego aéreo y ahí se metieron los Broncos, “ingleses de América”, obstinados, como siempre llamaron a los paraguayos por su famoso juego de cabeza, a resolver un vital. partido para ambas selecciones…
Venezuela va avanzando, avanzando en el concepto de juego colectivo, pero algo pasa en el segundo tiempo. Falta de atención, fisicalidad, profesionalismo, ¿esto en el sentido más elevado? Hay nebulosas, incertidumbre: ¿o será la falta de un número 10 para dar avisos y poner las cosas en su verdadero lugar? En el fútbol, la gestión del territorio es tan importante como el juicio con el balón.
Especiales son los jugadores que saben a ciegas dónde colocarse, desarrollan la intuición de saber dónde y cómo llegarán los batallones rivales; Este factor del juego puede resultar indispensable en partidos como el que se disputa en el estadio de Defensores del Chaco. No queremos defender a ningún jugador ahora, pero creemos que Tomás Rincón, viendo el partido desde el banquillo, hubiera sido el hombre que apagara las luces del rival.
Su sabiduría, adquirida en mil frentes de guerra en los que jugó, le hubiera bastado para contener lo que, por vértigo y falta de iluminación en su posición, los volantes venezolanos no pudieron hacer. Que error cometiste, Tomás Rincón…
Tiempo de números. Antes del partido contra Paraguay, la proyección le daba a Venezuela la posibilidad de llegar a 22 puntos, séptimo en la tabla y teóricamente en el repechaje mundialista. Tras la derrota, 19,8, octavo y de momento fuera de todas las opciones.
Por eso, debemos presionar, buscar, conseguir. El entrenamiento inicial contra los paraguayos debe ser ideal con los recursos que tenemos, y con ellos asumiremos los partidos que vienen, porque no todo está perdido: Brasil, que crece y espera con la boca abierta, y Chile, desesperado por quedarse. en la carretera.
Nos vemos allí.